El Osito Dormilón
En un bosque muy tranquilo y lleno de árboles altísimos, vivía un osito llamado Dormilón. Como su nombre lo indica, a Dormilón le encantaba dormir. En cualquier lugar y en cualquier momento, si te asomabas, lo encontrarías echando una siestecita.
Dormilón tenía una cueva acogedora bajo un gran roble, donde la luz del sol se filtraba suavemente a través de las hojas, creando un lugar perfecto para largos descansos. Pero no solo dormía en su cueva; a menudo, se recostaba en un montón de hojas suaves o se acurrucaba en un tronco caído.
Un día, mientras Dormilón exploraba un poco más lejos de lo usual en busca de un buen lugar para una siesta, encontró un claro en el bosque donde la hierba era especialmente suave y el sol brillaba de manera cálida y reconfortante. Era el lugar perfecto para dormir, y así lo hizo.
Mientras Dormilón dormía plácidamente, el bosque seguía su curso. Pequeños animales venían a espiar al osito tan tranquilo, y algunos pájaros incluso se posaban cerca, cantando dulces melodías.
Sin embargo, mientras más dormía Dormilón, más aventuras soñaba. En sus sueños, recorría lugares lejanos, hacía nuevos amigos y vivía emocionantes aventuras que en la vida real nunca se atrevería a experimentar.
Cuando finalmente despertó, se sintió lleno de energía y alegría. Volvió a su cueva, pensando en todos los sueños maravillosos que había tenido y en lo bonito que era tener un lugar seguro y cómodo para dormir.
A partir de ese día, Dormilón empezó a apreciar aún más sus momentos de descanso, porque sabía que cada siesta era una puerta a increíbles aventuras en sus sueños.
Fin.
Reflexión
"Así como el Osito Dormilón encuentra aventuras en sus sueños, tú también puedes descubrir mundos maravillosos cada vez que cierras los ojitos. El descanso es tan especial como cualquier aventura despierto."
Esperamos que te haya gustado El Osito Dormilón. Última revisión en 2024
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