El Árbol Amigo
En el jardín de la casa de Ana hay un árbol grande y robusto. Ana le habla todos los días cuando sale a jugar.
—Hola, árbol —dice Ana con una sonrisa, acariciando su corteza.
Ana cuida mucho al árbol. Lo riega cuando la tierra luce seca y recoge las hojas caídas a su alrededor. Con el tiempo, el árbol crece más grande y fuerte bajo el cuidado constante de Ana.
Un día, al inicio de la primavera, Ana notó que el árbol tenía un brote de flor. La flor era pequeña y blanca, y parecía brillar bajo el sol de la tarde.
—¡Mira, árbol! ¡Has dado tu primera flor! —exclamó Ana, emocionada.
La flor creció y se abrió completamente, y Ana estaba orgullosa de su árbol. Cada vez que alguien visitaba su casa, Ana les mostraba la flor y les contaba cuánto amaba a su árbol.
—Gracias, árbol, por ser mi amigo —susurraba Ana mientras se sentaba bajo su sombra.
Ana y el árbol seguían siendo los mejores amigos, compartiendo muchos días soleados y lluviosos juntos en el jardín.
Esperamos que te haya gustado El Árbol Amigo. Última revisión en 2024
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