El Misterio del Jardín de la Escuela
En una pequeña escuela primaria, había un hermoso jardín que todos los niños cuidaban con mucho esmero.
El jardín tenía una gran variedad de plantas, flores de todos los colores y un pequeño huerto donde cultivaban verduras y hortalizas.
Un día, la maestra Clara les contó a sus alumnos que alguien había estado robando las zanahorias del huerto.
Los niños estaban muy preocupados y querían averiguar quién era el ladrón.
Formaron un equipo de investigación con los estudiantes más interesados: Marta, Juan y Sofía.
Los tres amigos decidieron quedarse después de clase para investigar. "Tenemos que ser muy observadores y atentos", dijo Marta, que era la más organizada del grupo.
Juan trajo una cámara para tomar fotos y Sofía un cuaderno para anotar cualquier cosa sospechosa.
Esa tarde, se escondieron detrás de unos arbustos y esperaron en silencio.
Pasaron las horas y no vieron a nadie. Justo cuando empezaban a perder la esperanza, escucharon un ruido.
"¡Shhh! Escuchen", susurró Juan. Vieron moverse algo entre las zanahorias.
Era un conejo pequeño y blanco.
"¡Es un conejo!", exclamó Sofía. El conejo estaba comiendo una zanahoria con mucha tranquilidad.
Los niños se dieron cuenta de que el pobre animal solo tenía hambre.
Decidieron no asustarlo y esperaron a que se fuera antes de acercarse.
Al día siguiente, le contaron a la maestra Clara lo que habían descubierto.
Ella sonrió y les dijo que habían hecho un gran trabajo. "El conejo solo está buscando comida. ¿Qué les parece si le construimos una pequeña casa en el jardín y le dejamos algunas verduras?", sugirió la maestra.
Los niños estaban encantados con la idea.
Trabajaron juntos para construir una casita de madera y pusieron algunas zanahorias, lechugas y otras verduras cerca.
El conejo regresó esa tarde y se mudó felizmente a su nuevo hogar.
Desde entonces, el conejo se convirtió en la mascota del jardín de la escuela.
Los niños lo llamaron "Nieve" por su pelaje blanco y cada día le llevaban algo de comer.
Aprendieron a cuidar de los animales y entendieron la importancia de compartir y ayudar a quienes lo necesitan.
El jardín de la escuela se volvió aún más especial con la presencia de Nieve.
Los niños continuaron cuidando de las plantas y aprendiendo sobre la naturaleza, siempre con su nuevo amigo conejo cerca.
Y así, Marta, Juan y Sofía resolvieron el misterio del jardín y encontraron un nuevo amigo en el proceso, demostrando que con paciencia y observación, se pueden descubrir cosas maravillosas.
Esperamos que te haya gustado El Misterio del Jardín de la Escuela. Última revisión en 2024
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